Soy Fran, fundador.
Verás.
El CRM tiene mala fama pero no debería ser así.
El CRM es un tesoro.
Se agradece que te recuerde una oportunidad importante. O ver lo que hablaste hace un siglo con ese cliente que vuelve.
Así es como siempre debió ser con cada interacción.
Pero las cosas cambiaron.
Se convirtió en un monstruo, difícil de manejar, que no hace más que pedir información, pesado, lento y sin ayuda. Perdiste el control sobre tus contactos. Un agobio de obligaciones que no te aportaban nada lo ensució todo. Y los grandes simplemente dejaron que sucediera.
Ahora el CRM se siente como una tarea pesada, en lugar de un placer. Algo que consume tu tiempo. Algo con lo que nunca estás al día. Algo que eliminas y no aprecias.