Antes de llamar a un cliente, ¿sabes exactamente qué pasó en la última conversación?
Con el CRM, en dos segundos revisas todo el historial: qué habéis hablado, qué prometiste, qué está pendiente.
Terminas la llamada o la visita.
Anotas en 30 segundos lo que ha ocurrido.
Y lo más importante: planificas ahora mismo el siguiente paso.
Lo anotas para ti. Para no olvidarte.
El CRM nunca olvida. Tú tampoco perderás oportunidades.